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Fundación Natalí Dafne Flexer

Tumores cerebrales

Los tumores cerebrales o tumores del Sistema Nervioso Central (SNC) conforman el segundo grupo de cáncer más común en niños. Pueden ocurrir a cualquier edad, incluyendo la primera infancia y la adolescencia, pero se ven más a menudo en niños entre 5 y 10 años de edad. Pueden diseminarse a otras áreas del cerebro y de la médula espinal, pero generalmente no se diseminan a otras partes del cuerpo. Los términos benigno y maligno tienen aquí un significado diferente al aplicado a tumores en otras partes del cuerpo: un tumor benigno puede estar alojado en un lugar difícil de acceder quirúrgicamente y/o dejar muchas secuelas.

Síntomas

Los síntomas dependen de la localización, el tamaño y el ritmo de crecimiento del tumor, así como también de la edad del niño y su grado de desarrollo. Pueden incluir una o más de las siguientes manifestaciones: dolores de cabeza, vómitos, convulsiones, mareos, visión doble, estrabismo, cambios de conducta, trastornos en los hábitos de sueño y de alimentación, retroceso de pautas madurativas ya logradas, parálisis en el rostro, torpeza, debilidad en los miembros, dificultad para caminar o manipular objetos o falta de sensibilidad en alguna parte del cuerpo.

Diagnóstico

Llegar al diagnóstico suele ser difícil porque estos síntomas pueden indicar muchos otros problemas físicos y/o emocionales. Ante la sospecha de un tumor cerebral, generalmente la indicación es de Tomografía Computada o Resonancia Magnética. 

Tratamiento

El tratamiento depende del tipo de tumor, localización, grado de diseminación y edad del paciente, pero generalmente la primera indicación es la cirugía. En algunos casos, la intervención quirúrgica alcanza para lograr la cura pero en otros puede continuar el tratamiento con quimioterapia y/o radioterapia. Las secuelas a corto y largo plazo por los tratamientos realizados son considerables y requieren de un seguimiento minucioso y de rehabilitación por muchos años. La psicología y el apoyo escolar pueden ayudar a su inserción social. 

Los tumores cerebrales comprenden un grupo muy amplio de distintos tipos histológicos debido a que el Sistema Nervioso Central está conformado por diferentes células.

Las formas más comunes son:

  • Meduloblastoma:
    Es el tumor maligno cerebral más frecuente en niños menores de 16 años y se diagnostica comúnmente entre los 5 y 9 años. Se desarrolla en el cerebelo, pudiendo afectar la coordinación, el equilibrio y el control del movimiento. 
  • Astrocitomas/Gliomas:
    Casi la mitad de los tumores cerebrales son de este tipo. Es un tumor que comienza en las células gliales, que envuelven y protegen a las neuronas, y forman el tejido de apoyo de nuestro cerebro y columna vertebral. Estos tumores pueden afectar diferentes sectores del cerebro y la médula espinal. El tratamiento depende del tipo de glioma, la localización y la edad. Si bien la mayoría son operables, algunos requieren de otros tratamientos como quimioterapia y/o radioterapia. Los gliomas más agresivos requieren de tratamientos más intensos. 
  • Ependimoma:
    Este tumor es el tercer tipo de tumor cerebral más frecuente en niños y representa aproximadamente al 10% de los tumores cerebrales y de médula espinal. El 70% ocurren en la fosa posterior, aunque pueden desarrollarse en otras partes del SNC. Los síntomas dependen de la edad, localización y tamaño del tumor. El principal tratamiento es la cirugía, aunque muchos de ellos requieren de radioterapia posterior. 

Otros tumores menos comunes son:

  • Glioma difuso intrínseco de protuberancia (DIPG):
    Es un tumor del tronco cerebral (protuberancia) que afecta a niños entre 5 y 10 años. Por su ubicación y naturaleza infiltrante, no se puede operar, siendo de muy difícil tratamiento. La radioterapia es el único tratamiento probado. A pesar de esto, los síntomas de los pacientes mejoran por un tiempo, aunque es muy difícil poder curarlos.  
  • Craneofaringioma:
    Representa el 8% de los tumores cerebrales infantiles y están compuestos por un tejido sólido y otro líquido. Si bien no suelen propagarse, pueden ser muy dañinos porque los rodean estructuras cerebrales muy importantes, afectando la función endocrina y visual.
  • Tumores germinales intracraneales:
    Representan del 3% al 5% de los tumores cerebrales, y son más frecuentes en varones y en la adolescencia temprana. El tratamiento es con quimioterapia y radioterapia. 
  • Tumor teratoide-rabdoide atípico:
    Es poco frecuente y predomina en los infantes menores de 3 años. Requiere de tratamiento intenso con cirugía, quimioterapia y radioterapia. 
  • Oligodendroglioma:
    Son poco frecuentes en niños, siendo solo el 1% de los tumores cerebrales en menores de 14 años.
  • Meningioma:
    Se presenta en niños con una condición genética especial y tienen un crecimiento lento. El tratamiento es la cirugía.