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Trasplante de médula ósea

El trasplante de médula ósea, conocido actualmente como trasplante de células hematopoyéticas progenitoras es un tratamiento que consiste en trasplantar células madres de la médula ósea. Se utiliza para el tratamiento de varias enfermedades hematológicas, especialmente en el caso de leucemias con mucho riesgo de presentar recaídas (es decir, leucemias muy agresivas), pero también puede ser usado como parte del tratamiento de otros tipos de cáncer, con el objetivo de aumentar las posibilidades de cura o para permitir al niño recibir dosis de quimioterapia más altas de lo normal. 

La médula ósea es un tejido esponjoso que se encuentra dentro de los huesos planos y contiene células hematopoyéticas, que cuando se desarrollan producen los componentes de la sangre: plaquetas, glóbulos rojos y glóbulos blancos, que serán liberados al torrente sanguíneo.

Para realizar el trasplante es necesario extraer las células hematopoyéticas del donante (y en algunos casos, del propio paciente) a través de la sangre o directamente de la médula ósea. Luego se procede a la aplicación de dosis elevadas de quimioterapia durante varios días, a veces acompañada de radioterapia conocida como irradiación de cuerpo completo, que destruyen no solo a las células malignas, sino también a las células madre de la médula ósea. Finalmente, se administran las células recolectadas a través de un goteo (similar a una transfusión), las células precursoras de la sangre llegan a la médula y al cabo de varios días o semanas, empiezan a producir células sanguíneas normales. 

Hay varios tipos de trasplante de células precursoras hematopoyéticas, pero los dos utilizados más frecuentemente en el tratamiento de niños son:

  • Autólogo: este tipo de trasplante utiliza las propias células madres del niño, que se recolectan antes del tratamiento con altas dosis y se preservan para aplicarlas después.
  • Alogénico: este tipo de trasplante usa células madre de un donante, en general hermanos del paciente, y tiene más riesgos de presentar complicaciones que el autólogo. La recuperación puede llevar meses o más. Como el donante de células precursoras debe ser compatible con el paciente, en principio se estudian a los familiares (hermanos y padres); y en caso de no ser compatibles, se realiza la búsqueda en un Registro de Donantes no familiares de Médula Ósea, que es internacional. 

La realización de trasplantes se lleva a cabo en Centros de alta complejidad, debido a los riesgos de presentar complicaciones que el trasplante puede producir.

Es importante tener presente que la mayor cantidad de los niños con enfermedades malignas se curan con los tratamientos conocidos de quimioterapia, radioterapia y cirugía. Por otro lado, el trasplante es un tratamiento con mucho riesgo de complicaciones, por lo tanto, la indicación del trasplante siempre debe ser muy precisa y ofrecerse solo a los niños que lo necesiten, para evitarles los riesgos de las complicaciones del mismo, y también las secuelas a largo plazo que puede producir.