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Sentimientos de los integrantes de la familia

Los sentimientos del niño 

A medida que un niño crece, la cantidad y calidad de información que necesita saber acerca de la enfermedad y el tratamiento aumenta. Por lo general, los niños no recuerdan su tránsito por el tratamiento si lo han iniciado a una edad tan temprana. Entonces puede ser tentador querer proteger al niño evitando contarle los detalles de la enfermedad.

Los niños son usualmente más conscientes de lo que los padres creen. Muchos niños sabrán más de la enfermedad por comentarios de sus hermanos, primos y amigos. Esta manera de enterarse sobre la enfermedad les puede ocasionar muchas preocupaciones a los niños porque sólo conocen una parte de la historia. Invitarlo a que comparta sus pensamientos acerca de la enfermedad le dará la oportunidad de corregir malentendidos y sumará confianza. Es también importante que sepa de su enfermedad para que entienda por qué necesita aún ir a controles aunque esté bien.

Los sentimientos de los padres

Los padres debieron hacer mucho para que su hijo llegue a esta etapa de estar libre de enfermedad. Cuidarlo, controlar que tome su medicación, que no se golpee, que no esté con nadie resfriado, etc. Fueron muchas las recomendaciones que siguieron al pie de la letra y aún más allá de los cuidados indicados por el médico. Ahora que el niño ya no necesita tanta atención y que puede y debe recuperar su autonomía suele sentirse un poco perdido.

Este sentimiento ambivalente de alegría y preocupación, de soltarlo y retenerlo, de permitirle hacer una vida normal cargada de preocupaciones es muy frecuente. Lograr sentirse tranquilos de que el esfuerzo terminó, no es fácil. Muchas veces se descubrirán preocupados por miedos y fantasías que no siempre tienen motivo de ser, en este momento.

Estos sentimientos deberían ir cediendo de a poco. Es importante tenerlos en cuenta, conversarlos con los médicos y, si persisten, buscar ayuda con algún profesional. 

Los sentimientos de hermanas y hermanos

Los hermanos pueden continuar teniendo preocupaciones acerca de la salud de su hermana o hermano por un tiempo después del tratamiento. Ellos necesitan que les reconfirmen que no hay más signos de cáncer. A medida que crecen, pueden necesitar más explicaciones detalladas de la enfermedad y también es posible que necesiten que les reaseguren que la enfermedad no es hereditaria.

Para los otros hijos, la época del tratamiento de su hermano fue muy dura. A pesar de las dificultades, los padres seguramente intentaron cuidarlos y tenerlos presentes pero, necesariamente, su atención estuvo puesta en el hijo que estaba enfermo. Eso implica que no siempre pudieron estar presentes física y emocionalmente para ellos.

Es posible que, frente a esta situación, los hermanos hayan sentido que eran menos importantes, que no tenían tiempo para ellos. Es importante reconocer lo que pasó, recordar juntos lo sucedido en ese momento, señalar lo difícil que fue dejarlos al cuidado de otras personas durante tanto tiempo, explicarles cuánto pensaban en ellos y cómo, a pesar de la distancia, los cuidaban. Pueden necesitar escucharles decir que entienden cuánto sufrieron y cuán difícil debe haber sido para ellos ajustarse a los cambios que se vieron obligados a hacer.  Es bueno dedicarle un momento especial a cada uno de los hermanos, para poder conversar y compartir estos sentimientos y hacerles notar también cuánto contribuyeron y ayudaron a su hermano y a la familia.