Testimonios | La historia de Cintia
Cintia es voluntaria de la Fundación y durante su infancia fue diagnosticada con Linfoma de Burkitt. En el mes de septiembre se recibió de Instrumentadora Quirúrgica y hoy nos comparte su experiencia.
¿Por qué decidiste estudiar esta carrera?
Decidí estudiar para ser Instrumentadora Quirúrgica porque es una hermosa profesión que requiere de una actitud responsable, comprometida y atenta. Debemos anticiparnos a todas las necesidades y urgencias que puedan surgir en la cirugía, estar atentos para ayudar a los especialistas y procurar cuidar la vida del paciente.
Siempre quise ser parte del personal de salud, si bien un poco tiene que ver con mi experiencia de vida, creo que trabajar con pacientes de distintas patologías es lo que me permite aportar mi pequeño granito de arena. En algún punto siento que la carrera me eligió a mí y eso es lo que la hace especial. Creo que ser instrumentadora me acerca de una u otra manera a las personas.
¿Qué mensaje le darías a los niños y jóvenes que están atravesando su tratamiento?
Si hay algo que la enfermedad me enseñó es que nunca hay que darse por vencido. Hay que luchar por lo que uno quiere y valorar las pequeñas y grandes cosas de la vida. Siempre va a haber algo que nos marque y nos haga caer una y otra vez, pero sepan que solo depende de nosotros levantarnos para alcanzar nuestras metas y sueños. ¡A no bajar los brazos!